Las ranas tienen dientes maxilares lo largo de su mandíbula superior, que utilizan para mantener a los alimentos antes de tragarlos. Estos dientes son muy débiles, y no se pueden utilizar para masticar, atrapar o dañar a una presa ágil. En cambio, la rana utiliza su pegajosa lengua para atrapar moscas y otras presas pequeñas en movimiento. La lengua normalmente se encuentra enrollada en la boca, libre en la parte posterior y fija a la mandíbula en la parte delantera. Puede ser disparada y retraída a gran velocidad. Algunas ranas no tienen lengua y se alimentan de cosas que pueden coger con la boca o con las manos. Los ojos ayudan en la deglución de los alimentos, ya que se pueden retraer a través de agujeros en el cráneo y ayudan a impulsar los alimentos hacia la garganta. La comida, entonces se mueve a través del esófago hasta el estómago, donde se añaden enzimas digestivas. Se procede entonces al intestino delgado (duodeno y el íleon) donde se produce la mayor parte de la digestión. El jugo pancreático desde el páncreas y la bilis es producida por el hígado y almacenado en la vesícula biliar, se secreta en el intestino delgado, donde los fluidos digieren la comida y son absorbidos los nutrientes. El residuo del alimento pasa al intestino grueso donde se elimina el exceso de agua y los residuos se pasan a través de la cloaca.
Aunque adaptadas a la vida terrestre, las ranas se asemejan a los peces de agua dulce por su incapacidad para conservar el agua del cuerpo con eficacia. Cuando están en la tierra, pierden mucha agua pierde por evaporación de la piel. El sistema excretor es similar al de los mamíferos y tienen dos riñones que eliminan los productos nitrogenados de la sangre. Las ranas producen grandes cantidades de orina diluida, con el fin de eliminar las sustancias tóxicas de los túbulos renales. El nitrógeno es excretado en forma de amoniaco por los renacuajos y las ranas acuáticas pero principalmente en forma de urea, un producto menos tóxico, por la mayoría de los adultos terrestres. Algunas especies de ranas de árbol, con poco acceso al agua, excretan el ácido úrico incluso menos tóxico. La orina pasa a lo largo de los uréteres emparejados a la vejiga urinaria, que se ventila periódicamente en la cloaca. Todos los desechos corporales salen del cuerpo a través de la cloaca, que termina en un orificio de ventilación cloacal.
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